No suspendas la asignatura más importante. Damos culto a Dios pensando en aquello en lo que tenemos que invertir más. Son muchas etapas y metas a las que tenemos que llegar; pero, la asignatura más importante que tenemos que superar es la de la misma vida. Nuestro aprobado tiene que darlo Dios mismo, y este debe de ser nuestro objetivo más importante, que hará útil y provechoso cualquier otro objetivo.