La Nueva Normalidad. «La Nueva Normalidad» para un hijo de Dios, es algo diferente. No supone una simple adaptación a una pandemia determinada, sino que es una forma de vivir conforme a la voluntad de Dios. Hemos de dirigir nuestras vidas hacia la tierra de promisión, sabiendo que en medio de «nuestros desiertos» Dios hará maravillas y dará el agua y su cuidado.